Frases Filosóficas

Me avergüenzo de esos filósofos que no quieren desterrar ningún vicio si no está castigado por el juez.

El egoísmo es el único ateísmo verdadero; el anhelo y el desinterés, la única religion verdadera.

Los grandes egoístas son el plantel de los grandes malvados.

Un necio encuentra siempre otro necio aún mayor que le admira.

Quien vive entre los deleites y los vicios ha de expiarlos luego con la humillación y la miseria.

Si da el cántaro en la piedra, o la piedra en el cántaro, mal para el cántaro.

El mundo no está en peligro por las malas personas sino por aquellas que permiten la maldad.

Una mala causa será defendida siempre con malos medios y por hombres malos.

Desde la edad de seis años, la mujer no crece más que en dimensiones.

La ignorancia es la noche de la mente: pero una noche sin luna y sin estrellas.

Ningún hombre conoce lo malo que es hasta que no ha tratado de esforzarse por ser bueno. Sólo podrás conocer la fuerza de un viento,tratando de caminar contra él, no dejándote llevar.

La ingratitud es hija de la soberbia.

Una persona perezosa es un reloj sin agujas, siendo inútil tanto si anda como si está parado.

La ignorancia es la carga más pesada. Pero quien lo lleva no lo siente.

La estupidez insiste siempre.

Exageráis la hipocresía de los hombres. La mayoría piensa demasiado poco para permitirse el lujo de poder pensar doble.

¡Ay los vicios humanos! Son ellos los que contienen la prueba de nuestro amor por el infinito.

El ambicioso quiere ascender, hasta donde sus propias alas puedan levantarlo; el vanidoso cree encontrarse ya en las supremas cumbres codiciadas por los demás.

La vanidad hace siempre traición a nuestra prudencia y aún a nuestro interés.

El egoísta se ama a sí mismo sin rivales.

La ignorancia es madre del miedo.

Nuestras discordias tienen su origen en las dos más copiosas fuentes de calamidad pública: la ignorancia y la debilidad.

Los defectos de un hombre se adecuan siempre a su tipo de mente. Observa sus defectos y conocerás sus virtudes.

La hipocresía exterior, siendo pecado en lo moral, es grande virtud política.

Tres clases hay de ignorancia: no saber lo que debiera saberse, saber mal lo que se sabe, y saber lo que no debiera saberse.

La ociosidad camina con tanta lentitud, que todos los vicios la alcanzan.

Cuando tengo que elegir entre dos males, siempre prefiero aquel que no he probado.

La senda de la virtud es muy estrecha y el camino del vicio, ancho y espacioso.

Una mujer amablemente estúpida es una bendición del cielo.

No intentes curar el mal por medio del mal.