Frases Buenas

Donde hay una empresa de éxito, alguien tomó alguna vez una decisión valiente.

Lo que ahora no alcanza la perfección, la alcanzará en un intento posterior o reiterado; nada de lo que abrazó la historia es pasajero, y a través de transformaciones innumerables renace de nuevo en formas siempre más ricas.

Podemos estar seguros de que la mayor esperanza para mantener el equilibro ante cualquier situación recae en nosotros mismos.

En las adversidades sale a la luz la virtud.

Al pan, pan, y al vino, vino.

Los hombre jóvenes quieren ser fieles y no lo consiguen; los hombres viejos quieren ser infieles y no lo logran.

El hombre superior es persistente en el camino cierto y no sólo persistente.

Cuando veáis a un hombre sabio, pensad en igualar sus virtudes. Cuando veáis un hombre desprovisto de virtud, examinaos vosotros mismos.

Cuando no hay humildad, las personas se degradan.

La discreción es una virtud, sin la cual dejan las otras de serlo.

Mira dos veces para ver lo justo. No mires más que una vez para ver lo bello.

Su experiencia, como tantas veces sucede, le hizo desconocer la verdad.

Nada es tan difícil que no pueda conseguir la fortaleza.

Con el puño cerrado no se puede intercambiar un apretón de manos.

Más vale un grano de cordura que arrobas de sutileza.

El genio se compone del dos por ciento de talento y del noventa y ocho por ciento de perseverante aplicación.

¿Qué es la belleza? Una convención, una moneda que tiene curso en un tiempo y en un lugar.

Tolerancia significa disculpar los defectos de los demás; tacto, no reparar en ellos.

Los antiguos llamaron belleza al florecimiento de la virtud.

Intentar definir el humorismo, es como pretender atravesar una mariposa, usando a manera de alfiler un poste telegráfico.

El buen humor es un deber que tenemos para con el prójimo.

Yo sólo sé que no sé nada.

Un hombre de carácter podrá ser derrotado, pero jamás destruido.

Si no podemos poner fin a nuestras diferencias, contribuyamos a que el mundo sea un lugar apto para ellas.

No es la blancura de los cabellos la que comunica prudencia.

Una buena conciencia no teme a ningún testigo.

La manera de dar vale más que lo que se da.

Para llegar a ser sabio, es preciso querer experimentar ciertas vivencias, es decir, meterse en sus fauces. Eso es, ciertamente, muy peligroso; más de un sabio ha sido devorado al hacerlo.

Haciendo el bien nutrimos la planta divina de la humanidad; formando la belleza, esparcimos las semillas de lo divino.

El carácter de cada hombre es el árbitro de su fortuna.