Frases de George Sand

La desgracia, al ligarse a mí, me enseñó poco a poco otra religión, distinta a la religión enseñada por los hombres.

Dios, que muestras nuestras lágrimas a nuestro conocimiento, y que, en su inmutable serenidad, nos parece que no nos tiene en cuenta, ha puesto él mismo en nosotros esta facultad de sufrir para enseñarnos a no querer hacer sufrir a otros.

El otoño es un andante melancólico y gracioso que prepara admirablemente el solemne adagio del invierno.

Nos damos bien a la pena y nos imponemos privaciones para curar el cuerpo; se puede, pienso, hacer lo mismo para curar el alma.

La sociedad no debe exigir nada de aquel que no espera nada de ella.

La mujer no existe. Sólo hay mujeres cuyos tipos varían al infinito.

El puro es el complemento indispensable de toda vida ociosa y elegante.

Mi profesión es ser libre.

No hay verdadera felicidad en el egoísmo.

En la mujer, el orgullo es a menudo el móvil del amor.

Hay que juzgar los sentimientos por los actos, más que por las palabras.

El tiempo no duerme los grandes dolores, pero sí los adormece.

¡Dejadme escapar de la mentirosa y criminal ilusión de la felicidad! Dadme trabajo, cansancio, dolor y entusiasmo.

Dios ha puesto el placer tan cerca del dolor que muchas veces se llora de alegría.

Las decepciones no matan, y las esperanzas hacen vivir.

La belleza exterior no es más que el encanto de un instante. La apariencia del cuerpo no siempre es el reflejo del alma.

Nada se parece más a un hombre honesto que un pícaro que conoce su oficio.

La inteligencia busca, pero quien encuentra es el corazón.

Los médicos pueden enterrar sus equivocaciones, pero un arquitecto sólo puede aconsejar a su cliente plantar yerba.

La naturaleza es una obra de arte, pero Dios es el único artista que existe, y el hombre no es más que un obrero de mal gusto.

Un hombre y una mujer son hasta tal punto la misma cosa que casi no se entiende la cantidad de distinciones y de razonamientos sutiles de los cuales se nutre la sociedad sobre este argumento.

Vivir en la Tierra es caro pero ello incluye un viaje gratis alrededor del sol cada año.

La vida de un amigo, es la nuestra, como la verdadera vida de cada uno es ,la de todos.

Hay amor propio en el amor como hay interés personal en la amistad.

He leído en alguna parte que para amarse hay que tener principios semejantes, con gustos opuestos.