Tengo una licenciatura en sociología, no leí mucho de ficción en la universidad, y yo era un tipo bastante política, de izquierda de chico. Yo quería hacer algún tipo de trabajo en el cambio social y hacer las cosas mejor para el pobre hombre, y yo era muy romántico y apasionado.
La tarea del escritor consiste en mostrar como el contexto social influye en la psicología personal.
Hay tres cosas que jamas he podido comprender: el flujo y reflujo de las mareas, el mecanismo social y la lógica femenina.
No más partidos, no más autoridad, libertad absoluta del hombre y del ciudadano: esta es mi profesión de fe social y política.
El verdadero progreso social no consiste en aumentar las necesidades, sino en reducirlas voluntariamente; pero para eso hace falta ser humildes.
El sentido moral es de gran importancia. Cuando desaparece de una nación, toda la estructura social va hacia el derrumbe.
La educación, más que cualquier otro recurso de origen humano, es el gran igualador de las condiciones del hombre, el volante de la maquinaria social.
El hombre es un animal no social, sino cordial, y la familia es la forma menos imperfecta de la cordialidad humana.
Una revolución no es digna de llamarse tal si con todo el poder y todos los medios de que dispone no es capaz de ayudar a la mujer —doble o triplemente esclavizada, como lo fue en el pasado— a salir a flote y avanzar por el camino del progreso social e individual.
Si alguna vez descubre usted alguna ley, sea usted prudente y no trate de aplicarla. Ha descubierto la ley…, es bastante. Porque si esta ley es física y trata de aplicarla en una máquina, tropezará con la materia bruta; y si es una ley social, tropezará con la brutalidad de los hombres.
Sostengo que quien infringe una ley porque su conciencia la considera injusta, y acepta voluntariamente una pena de prisión, a fin de que se levante la conciencia social contra esa injusticia, hace gala, en realidad, de un respeto superior por el derecho.
El instinto social de los hombres no se basa en el amor a la sociedad, sino en el miedo a la soledad.
La falsedad y el disimulo son útiles dentro de la vida social. Yo esta condición no la he tenido, y creo que el no tenerla me ha perjudicado más que otra cosa. También me ha perjudicado un poco, al tratar con propios y extraños, el no tener solemnidad.