Hemos aprendido a volar como los pájaros, a nadar como los peces, pero no hemos aprendido el sencillo arte de vivir juntos como hermanos.
Solo hay dos formas de vivir tu vida. Una es pensar que nada es un milagro. La otra es pensar que todo es un milagro.
Para gozar íntimamente y para amar se necesita soledad, mas para salir airoso se precisa vivir en el mundo.
Para nosotros vivir de otra manera era impensable, la gente honrada que se mataba en trabajos de mierda por unos sueldos de miseria, que iba a trabajar en metro cada día y pagaba sus facturas estaba muerta, eran unos gilipollas, no tenían agallas. Si nosotros queríamos algo lo cogíamos y si alguien se quejaba dos veces le dábamos tal paliza que jamás volvía a quejarse, era una simple rutina ni siquiera lo pensábamos. (Henry)
Saben realmente vivir aquellos que se comparan fundamentalmente con gente que les va peor que a ellos.
Amo al que hace de su virtud su afán y fatal destino; pues por su virtud quiere seguir con vida y no quiere vivir más.
El mundo es un lugar peligroso para vivir; no por las personas que hacen el mal, sino por las personas que no hacen nada al respecto.
Lo juro, por mi vida y mi amor por ella, que nunca voy a vivir por el bien de otro hombre, ni pedir a otro hombre que viva por mi bien.
Una defensa del Estado sostiene que el hombre es un “animal social”, que debe vivir en sociedad, y que individualistas y libertarios creen en la existencia de “individuos atomizados” sin influenciar y sin guardar relación con sus semejantes. Pero no, los libertarios nunca han celebrado individuos aislados como los átomos, por el contrario, todos los libertarios han reconocido la necesidad y de las enormes ventajas de la vida en sociedad, y de participar en la división social del trabajo. La gran non sequitur cometido por los defensores del Estado, incluidos los filósofos aristotélicos y tomistas clásicos, es saltar de la necesidad de la sociedad a la necesidad del Estado.
Descarta los desahuciados harapos de ese vicio al que llamas virtud: la humildad – aprende a valorarte a ti mismo, que quiere decir: a luchar por tu felicidad – y cuando aprendas que el orgullo es la suma de todas las virtudes, aprenderás a vivir como un hombre.
No hay nada más grande en el mundo que la libertad. Vale la pena pagar por ella, vale la pena ir a la cárcel por ella. Preferiría ser un pobre libre que un rico esclavo. Preferiría morir en pobreza abyecta con mis convicciones que vivir en riquezas excesivas con la falta de respeto por mí mismo.
La abrumadora mayoría de partidarios del estado no son estatistas filosóficos, es decir, sólo por el hecho de haber pensado en el asunto. La mayoría de la gente no piensa mucho en cuestiones filosóficas. Se limitan a vivir su vida diaria, y eso es todo. Así que gran parte del apoyo tiene su origen en el solo hecho de que el estado existe y ha existido siempre, en la medida de lo uno puede recordar (que generalmente no va más allá del período de su propia vida). Es decir, el mayor logro de los intelectuales estatistas es haber cultivado la pereza intelectual (o la incapacidad) natural de las masas y nunca haber permitido que el tema fuera objeto de un debate serio. El estado es considerado como parte intocable del tejido social.
De todos modos, no te desesperes, yo soy una decepción constante a mi padre y he aprendido a vivir con ello. (Tyrion)
Ahora que miro atrás, me doy cuenta de que una vida predicada en ser obediente es de hecho muy confortable. Vivir de esa manera reduce al mínimo la necesidad de que uno piense.
El mundo esta en las manos de aquellos que tienen el coraje de soñar y correr el riesgo de VIVIR sus SUEÑOS.
A los progresistas les gusta decir cosas como, “Nosotros sólo pedimos que cada uno pague su cuota justa”. Pero el gobierno no tiene nada que ver con pedir. Tiene que ver con ordenar. La diferencia es fundamental. Es la diferencia entre hacer el amor y ser violado, entre trabajar para vivir y ser un esclavo. La agencia tributaria no pide a nadie que haga nada. Ésta confisca tu patrimonio y te pone detrás de las barras si no pagas.
Yo no voy a cambiar mi forma de ver o la manera que me siento para adaptarme a cualquier cosa. Siempre he sido un bicho raro. Así que he sido un fanático toda mi vida y tengo que vivir con eso, ya sabes. Soy una de esas personas.
Nadie debería trabajar. El trabajo es la fuente de casi toda la miseria en el mundo. Casi todos los males que puedas mencionar provienen del trabajo, o de vivir en un mundo diseñado para el trabajo. Para dejar de sufrir, tenemos que dejar de trabajar.
Un libro realmente bueno me enseña más sin terminar de leerlo. Pronto debo dejarlo, y comenzar a vivir en su pista. Lo que comencé con la lectura, tengo que terminarlo actuando.
¿Cómo podrían los jóvenes aprender a vivir mejor si por una vez intentasen el experimento de la vida?
Yo sólo tengo una ambición, ya sabes. Sólo tengo una cosa que me gustaría ver que suceda. Me gustaría ver a la humanidad vivir juntos -negros, blancos, chinos, todo el mundo- eso es todo.
Todo lo que he hecho hasta 27 de mayo 1999 fue una especie de ilusión, existir sin vivir. Mi hija, el nacimiento de mi hija, me dio la vida.
Es todo tipo de estas cosas profundas que se estrellan en ti cuando tu hijo llega al mundo. Es como si hubieras cumplido con tu razón para vivir.
La calidad de vida es tan diferente en Francia. Existe la posibilidad de vivir una vida sencilla. Yo nunca pensaría en criar a mi hija en Los Ángeles. Nunca me plantearía hacer crecer a ningún niño allí.
Hay cuatro cuestiones de valor en la vida... ¿Qué es sagrado? ¿De qué está hecho el espíritu? ¿Por qué merece la pena vivir, y por qué merece la pena morir? La respuesta a cada pregunta es lo mismo. EL AMOR.
La libertad nunca es cara a cualquier precio. Es el aliento de vida. ¿Qué no pagaría un hombre por vivir?