Para ser libre no se necesita sólo despojarse de las propias cadenas, sino vivir de una manera que respete y potencie la libertad de otros.
Que los hombres vean, que sepan... que un hombre de verdad es quien vive como él está destinado a vivir.
Tal y como expresamos nuestra gratitud, nunca debemos olvidar que la mayor apreciación no es pronunciar palabras, sino vivir para ellas.
Para ser capaz de poder mirar hacia atrás sobre la vida de uno mismo en satisfacción, es necesario vivir dos veces.
Que las parejas casadas puedan vivir juntos día tras día es un milagro que el Vaticano ha pasado por alto.
Yo soy el que tiene que morir cuando sea el momento de mi muerte, así que déjame vivir mi vida, en la forma que yo quiera.
Si te gusta un gobierno pequeño tienes que trabajar duro para tener una fuerte defensa nacional que no sea tan militante. La libertad personal es el propósito del gobierno, proteger la libertad -no para dictar tu vida personal, no para dirigir la economía, y no para pretender decirle al mundo cómo se debe vivir.
Nada de lo que yo represento está fingiendo ser el Papa o un modelo a seguir para los jóvenes. La gente tiene que vivir su vida. Ellos tienen el derecho a fumar si lo desean.
Parte de toda miseria es, por decirlo así, la sombra de la miseria o de la reflexión: el hecho de que no se limitan a sufrir, pero hay que seguir pensando en el hecho de que usted sufra. No sólo se vive cada día sin fin en el dolor, sino que viven cada día pensando en vivir cada día en el dolor.
No queremos tradición. Queremos vivir en el presente y la única historia que vale la pena ser estudiada es la historia que hacemos hoy en día.
Kurt tenía esta muda idea suicida -así es como yo lo llamé. Pensé que si podíamos vivir con esto, podíamos superar cualquier cosa.
Nos metemos en el hábito de vivir antes de adquirir el hábito de pensar. En esa carrera que a diario nos precipita hacia la muerte, el cuerpo mantiene su liderazgo irreparable.
La virtud es un estado de guerra, y para vivir en ella siempre tenemos que luchar contra nosotros mismos.
Mis padres son ingleses y llegaron a Australia en 1967. Nací el año siguiente. Mis padres y los inmigrantes como ellos, eran conocidos como '£10 poms'. En ese entonces, el gobierno australiano estaba tratando de educar a los británicos y a los canadienses -ser personas honestas y blancos educados- para venir a vivir a Australia.
Me encanta Nueva York... creo que es la mejor ciudad del mundo. En cuanto a las ciudades se refiere, todo está allí. Creo que es muy vibrante. Me encanta la gente, creo que son sinceros, van de cara. Si no les gustas, te dicen: '¡Fuera de mi camino!", si les gustas te van a dar una palmada en la espalda y te apoyarán. Es un ambiente muy embriagador para vivir.
Yo no soy un niño. No puedes vivir en el anonimato si estás en este mundo. No es que yo tenga pósters de mí mismo en la pared, pero al mismo tiempo, estoy listo, pero me preocupo un poco por mi pequeño y mi familia -su privacidad. Eso es lo que protejo más.
Tengo un montón de cosas para probarme a mí misma. Una de ellas es que puedo vivir mi vida sin miedo.
El liberalismo no conoce ni el sometimiento, ni la anexión; ya que el liberalismo es indiferente al propio Estado, el problema del tamaño del Estado es también indiferente. El liberalismo no obliga a nadie a permanecer en contra de su voluntad dentro de la estructura estatal. El que quiera emigrar o vivir en una legislación específica no debe ser obligado. Cuando una porción de la población quiere dejar de pertenecer a una unidad, el liberalismo no le impedirá consumar tal fin. Colonias, ciudades o distritos que quieran ser independientes son libres de hacerlo. Una nación es una entidad orgánica y, como tal, no puede ser aumentada ni reducida por cambios en la formación de sus estados; el mundo en su conjunto no se ve afectado por esta nueva disposición.
Por tanto abolir "la esclavitud del salario" y la "esclavitud del dinero" (lenguaje marxista), daría igual porque necesitas comercio para vivir.
Quienes nos visitan son jubilatas del imserso británico, turistas de alpargata sudada y gamberros del Liverpool, por así decir. Estrabón, Hemingway, Orson Welles y Ava Gardner ya no vienen. Venían cuando en España había pueblo, carácter, originalidad, personalidad, vida y filosofía propias. Ahora sólo hay borregos numerados: plebe. Soy duro, lo sé, pero también sincero. Y mi sinceridad me obliga a decir que España, en contra de lo que el triunfalismo de muchos espñaoles cree, es uno de los peores lugares de la Tierra para vivir. Se vive bien donde las cosas funcionan, donde el pícaro no es un modelo a imitar y donde la gente está bien educada. Todo lo demás lo pone uno.
Es ridículo decir que soy sexista, cuando soy el hombre más femenino de España, predico alcanzar el andrógino y toda mi vida me he esforzado por desarrollar la mujer que llevo dentro; y es igualmente ridículo decir que soy racista, cuando mi mujer es japonesa, he vivido la mayor parte de mi vida en Asia y África, y no me gusta vivir en Europa.
Después del recorrido que he hecho por España, después del recorrido que he hecho por la Guerra Civil, he llegado a una conclusión y tengo que decirla. Ya se que se me va a atacar por esto, pero escribir es un oficio de samuráis que consiste en poner las tripas, en negro sobre blanco, encima de la mesa y lo digo: Lamento profundamente haber nacido español. Lamento haber nacido en un país donde la envidia es pecado capital. Lamento haber nacido en un país donde cada 30 o 40 años a lo largo de muchos siglos ha habido una guerra civil, donde los hermanos se han masacrado entre ellos, no por grandes causas, sino por una herencia, por una cuestión de cuernos, por una mujer,... por una pasión. Lamento haber nacido en un país tan mal educado. Lamento haber nacido en un país donde existe la telebasura. Lamento haber nacido en un país tan zafio, tan vulgar, tan encanallado.[...] En España se ha asumido el modelo del pícaro. Cuando el pícaro es un delincuente y lo que tendría que hacer es estar entre barrotes, en este país el pícaro es un héroe y eso crea el mayor número de sinvergüenzas por metro cuadrado del mundo.[...] Vivir en un país donde estamos todos con la mosca detrás de la oreja, donde creemos que el fontanero, el pintor, el de la tienda de ultramarinos, el periodista, el colega... te están engañando, eso genera una tensión, un estrés, una infelicidad, que es lo que me lleva a mi a decir que lamento profundamente haber nacido español.
Una de las cosas acerca de la actuación es que te permite vivir vidas de otras personas sin tener que pagar el precio de ello.
Yo realmente no quería vivir, así que cualquier cosa que requería una inversión de tiempo me hacía enfadar... pero también me sentí triste. Cuando la desesperación te está haciendo daño, son los elementos y accesorios que te rematan.
Estoy feliz de ser yo misma, nunca he estado así antes. Siempre me escondí en otras personas, o traté de encontrarme a través de los personajes, o vivir sus vidas, pero yo no tenía esas cosas en la mía.
Los que piensan que el problema es la corrupción de los políticos. Todavía no captan que la corrupción es social, cuando cada cual está esperando vivir del esfuerzo ajeno, con el Estado en el rol de intermediario para conseguirlo.
Ciudadanos, gracias por todos vuestros deseos de cumpleaños. Tengo 88 años y todavía hoy tengo la suerte de vivir en la mejor ciudad del mundo.
Amor. Enamorarse y permanecer enamorado. Escribe sólo lo que amas y ama lo que escribes. La palabra clave es el amor. Tienes que levantarte por la mañana y escribir algo que ames, algo por qué vivir.
Mi fórmula de vivir es muy simple. Me levanto por la mañana y me voy a la cama por la noche. En el medio, me ocupo de la vida lo mejor que puedo.