No sabes nada John Nieve. La gente colabora, cuando le conviene. La gente se alia, cuando le conviene. La gente se ama, cuando le conviene. Ella lo sabe, tú no. Por eso no podrás conservarla.
Ninguna experiencia es una de las causas del éxito o el fracaso. No sufrimos de la conmoción de nuestras experiencias, llamado trauma - pero hacemos de ellos sólo lo que conviene a nuestros propósitos.
Yo no creo en la diferencia de sexo en la literatura, el derecho, la política o el comercio - o que la modestia y la virtud son más conviene a las mujeres que a los hombres, pero nos hubiera gustado más de lo mismo en todas partes.
Hay una acción grande en la mano, pero de alguna manera u otra, la experiencia de nadie que nos conviene, pero la nuestra.
Usted sabe, esta idea de dar la vuelta al mundo imponer la democracia por la creciente de la clase media, la clase de los comerciantes de comercio que es independiente de la fe, es una buena idea, pero todos somos parcialmente diferente - no es de buenos sistemas de imposición sobre las personas que no le conviene.
Estaba blanco plateado por el tiempo que estuve 35 años, pero con el pelo gris me hace un aspecto difuminado. Mi esposa y mi hijo tienen ambos dijeron que las canas no me conviene porque tengo una cara de niño.
Tengo niños pequeños, por lo que me conviene hacer un trabajo que me mantiene en la ciudad en estos momentos.
La razón puede advertirnos sobre lo que conviene evitar; sólo el corazón nos dice lo que es preciso hacer.
Yo no quiero hacer papeles románticos donde tengo que sincronizar los labios con una canción. Un papel que explora el romance en un nuevo nivel me conviene.
Conviene vivir considerando que se ha de morir; la muerte siempre es buena; parece mala a veces porque es malo a veces el que muere.
La función última de la crítica es que satisfaga la función natural de desdeñar, lo que conviene a la buena higiene del espíritu.
Conviene siempre esforzarse más en ser interesante que exacto; porque el espectador lo perdona todo menos el sopor.
El hombre malo puede decantarse a veces hacia el lado de la razón; pero le resulta casi imposible no hacer cuanto conviene para inclinarse a la maldad.
Sólo conviene la mediocridad. Esto lo ha establecido la pluralidad, y muerde a cualquiera que se escapa de ella por alguna parte.
No conviene hablar del pudor como de una virtud. Se parece más bien a una emoción que a una disposición adquirida. Se define, pues, como un miedo de dar de sí una mala opinión.