Frases de Goethe

La existencia dividida por la razón deja siempre un resto.

Con el conocimiento se acrecientan las dudas.

Hay quién porque golpea la pared con un martillo se cree clavar clavos.

Si no pretendiéramos saber todo con tanta exactitud puede que conociéramos mejor las cosas.

Asombro: lo más elevado a que puede llegar el hombre.

La ventaja se la lleva aquel que aprovecha el momento oportuno.

Todo comienzo tiene su encanto.

Las dificultades aumentan conforme se aproxima uno al fin.

El espíritu humano avanza de continuo, pero siempre en espiral.

Estar preocupado es ser inteligente, aunque de un modo pasivo. Sólo los tontos carecen de preocupaciones.

¿Quién osó luchar con los dioses, y quién con el Único? Es hermoso ser un discípulo de Homero, aunque sea el último.

La actividad es lo que hace feliz al hombre.

No preguntemos si estamos plenamente de acuerdo, sino tan sólo si marchamos por el mismo camino.

Si cada uno limpia su vereda, la calle estará limpia.

Es un gran error creerse más de lo que uno es, o menos de lo que uno vale.

Yo amo a aquel que desea lo imposible.

Muchos hombres no se equivocan jamás porque no se proponen nada razonable.

El suicidio sólo debe mirarse como una debilidad del hombre, porque indudablemente es más fácil morir que soportar sin tregua una vida llena de amarguras.

Nunca se desprende uno de lo que le pertenece, aunque lo tire o lo regale.

Cuando el hombre no se encuentra a sí mismo, no encuentra nada.

Actuar es fácil, pensar es difícil; actuar según se piensa es aún más difícil.

El único hombre que no se equivoca es el que nunca hace nada.

A veces nuestro destino semeja un árbol frutal en invierno. ¿Quién pensaría que esas ramas reverdecerán y florecerán? Mas esperamos que así sea, y sabemos que así será.

La ley es poderosa, pero más poderosa es la necesidad.

La noche es la mitad de la vida y la mejor mitad.