La verdadera ciencia consiste en conocer que se sabe lo que realmente se sabe, y que se ignora lo que en verdad se ignora. En esto consiste la verdadera sabiduría.
Es necesario para la felicidad del hombre que él sea mentalmente fiel a sí mismo. La infidelidad no consiste en creer o no creer, consiste en profesar creer en lo que no se cree.
El arte de la economía consiste en buscar no sólo en lo inmediato, pero a los efectos prolongados de cualquier acto o política, sino que consiste en la localización de las consecuencias de esa política no sólo para un grupo sino para todos los grupos.
Es necesario que la felicidad del hombre que él sea mentalmente fiel a sí mismo. La infidelidad no consiste en creer o no creer en, consiste en profesar creer en lo que no cree.
El pesimismo no consiste en estar cansado del mal, sino en estar cansado del bien. La desesperación no consiste en estar cansado del sufrimiento, sino en estar cansado de la alegría.
El trabajo consiste en lo que un organismo está obligado a hacer; el juego consiste en lo que un organismo no está obligado a hacer.
La ciencia consiste en sustituir el saber que parecía seguro por una teoría, o sea, por algo problemático.
La vida no se trata de esperar a que pase la tormenta. Consiste en aprender a bailar bajo la lluvia.
El secreto de la dicha en el amor consiste menos en ser ciego que en cerrar los ojos cuando hace falta.
Mi religión consiste en una humilde admiración del ilimitado espíritu superior que se revela en los pequeños detalles que podemos percibir con nuestra frágil y débil mente.
Lo que Objetivismo te dirá es que la razón, la razón del hombre, es su instrumento básico de supervivencia. Esa es la facultad más importante que tiene, y tiene que guiar su vida y tomar sus decisiones por medio de SU facultad racional. Él tiene que tomar sus propias decisiones pero tiene que SABER cómo tomarlas. Es inmoral el actuar basado en sus emociones, dejarse guiar por el capricho del momento. Eso, Objetivismo lo considera muy malo, muy inmoral. Y la moralidad, de hecho, consiste en seguir tu razón hasta el punto de que seas capaz. Así que la racionalidad es la virtud básica, de la cual todas las otras proceden.
La dicha de la vida consiste en tener siempre algo que hacer, alguien a quien amar y alguna cosa que esperar.
Nuestro ADN es como una empresa de consumidores -para el cliente individual que está votando si le gusta o no le gusta. Eso es lo que pensamos. Y creemos que nuestro trabajo consiste en asumir la responsabilidad de la experiencia de usuario completa. Y si no les satisfacemos, es culpa nuestra, lisa y llanamente.
La psicología de los soldados consiste en resistir cuando se ven rodeados, luchar cuando no se puede evitar, y obedecer en casos extremos.
El arte del liderazgo... consiste en la consolidación de la atención de las personas contra un solo adversario, cuidando de que nada va a dividir esa atención.
La sociedad no consiste en individuos sino que expresa la suma de las interrelaciones, las relaciones dentro de la cual estas personas se levantan.
Nunca serás feliz si continuas buscando en qué consiste la felicidad. Nunca vivirás si estás buscando el significado de la vida.
Porque si hay un pecado contra la vida, consiste quizás no tanto en la desesperación de la vida sino más bien en la esperanza de otra vida y en eludir la implacable grandeza de esta vida.
La sublimidad de la administración consiste en conocer el grado apropiado de las funciones que debe ejercer en diferentes ocasiones.
Todo hombre es tonto por lo menos cinco minutos al día, la sabiduría consiste en no rebasar ese límite.
La industria norteamericana de armamentos practica la lucha contra el terrorismo vendiendo armas a gobiernos terroristas, cuya única relación con los derechos humanos consiste en que hacen todo lo posible por aniquilarlos.
Después del recorrido que he hecho por España, después del recorrido que he hecho por la Guerra Civil, he llegado a una conclusión y tengo que decirla. Ya se que se me va a atacar por esto, pero escribir es un oficio de samuráis que consiste en poner las tripas, en negro sobre blanco, encima de la mesa y lo digo: Lamento profundamente haber nacido español. Lamento haber nacido en un país donde la envidia es pecado capital. Lamento haber nacido en un país donde cada 30 o 40 años a lo largo de muchos siglos ha habido una guerra civil, donde los hermanos se han masacrado entre ellos, no por grandes causas, sino por una herencia, por una cuestión de cuernos, por una mujer,... por una pasión. Lamento haber nacido en un país tan mal educado. Lamento haber nacido en un país donde existe la telebasura. Lamento haber nacido en un país tan zafio, tan vulgar, tan encanallado.[...] En España se ha asumido el modelo del pícaro. Cuando el pícaro es un delincuente y lo que tendría que hacer es estar entre barrotes, en este país el pícaro es un héroe y eso crea el mayor número de sinvergüenzas por metro cuadrado del mundo.[...] Vivir en un país donde estamos todos con la mosca detrás de la oreja, donde creemos que el fontanero, el pintor, el de la tienda de ultramarinos, el periodista, el colega... te están engañando, eso genera una tensión, un estrés, una infelicidad, que es lo que me lleva a mi a decir que lamento profundamente haber nacido español.
La concepción estática hasta ahora dominante llevaba inexorablemente a presuponer que en cierto sentido los recursos estaban dados y eran conocidos, por lo que el problema económico de su distribución se consideraba distinto e independiente del que planteaba la producción de los mismos. En efecto, si los recursos están dados, posee excepcional importancia el cómo habrán de distribuirse entre los diferentes seres humanos tanto los medios de producción como el resultado de los diferentes procesos productivos. Todo este planteamiento ha sido demolido por la nueva concepción dinámica de los procesos de mercado y por la nueva teoría económica de la función empresarial. Ésta ha puesto de manifiesto que todo ser humano posee una innata capacidad creativa que le permite apreciar y descubrir las oportunidades de ganancia que surgen en su entorno, actuando en consecuencia para aprovecharlas. Consiste, por tanto, la empresarialidad en la capacidad típicamente humana para crear y descubrir continuamente nuevos fines y medios. Desde esta concepción, los recursos no están dados, sino que tanto los fines como los medios son continuamente ideados y concebidos ex-novo por los empresarios, siempre deseosos de alcanzar nuevos objetivos que ellos descubren que tienen un mayor valor. Y si los fines, los medios y los recursos no están dados, sino que continuamente están creándose de la nada por parte de la acción empresarial del ser humano, es claro que el planteamiento ético fundamental deja de consistir en cómo distribuir equitativamente "lo existente", pasando, más bien, a concebirse como la manera más conforme a la naturaleza humana de fomentar la creatividad.
El trabajo de los abogados no consiste en ayudar a la Justicia, sino en confundirla interesadamente.
El amor no consiste en sentir grandes cosas, sino en tener un gran desapego y sufrimiento por el amado.
Una medida de la amistad no consiste en el número de cosas que los amigos pueden discutir, pero en el número de cosas que ya no es necesario mencionar.
Es claro para todos que el organismo animal es un sistema muy complejo que consiste en una serie casi infinita de partes conectadas tanto uno con el otro y, como conjunto, con el mundo circundante, con la que está en un estado de equilibrio.
El arte de la medicina consiste en entretener al paciente mientras la naturaleza cura la enfermedad.
En general, el arte de gobernar consiste en tomar tanto dinero como sea posible a partir de una clase de ciudadanos para dar a otro.