Frases de Publio Siro

Pronto se arrepiente el que juzga apresuradamente.

Para el hombre honrado las deudas son una amarga esclavitud.

Nos interesan los demás cuando se interesan por nosotros.

No impongas a nadie lo que tu mismo no puedas soportar.

El hoy es discípulo del ayer.

El tiempo de la reflexión es una economía de tiempo.

Todo vicio trae siempre su consiguiente excusa.

Por los defectos de los demás el sabio corrige los propios.

Donde hay concordia siempre hay victoria.

Quien pierde su fe no puede perder más.

Nadie llegó a la cumbre acompañado por el miedo.

Ningún hombre es feliz a menos que crea serlo.

Querer llegar a ser bueno es gran parte de la bondad.

Tan malo es no creer a nadie como creer a todos.

Nadie sabe de lo que es capaz hasta que lo intenta.

El carácter de cada hombre es el árbitro de su fortuna.

Así como el ignorante está muerto antes de morir, el hombre de talento vive aun después de muerto.

Es más cruel temer a la muerte que morir.

El hombre muere tantas veces como pierde a cada uno de los suyos.

La vida sólo puede ser comprendida mirando hacia atrás, pero ha de ser vivida mirando hacia adelante.

Dios mira las manos limpias, no las llenas.

Amistad que acaba no había comenzado.

¿Cuál es el arte para preparar una buena amistad? Si quieres ser amado, ama.