Frases de Oscar Wilde

Más veces descubrimos nuestra sabiduría con nuestros disparates que con nuestra ilustración.

Como no fue genial, no tuvo enemigos.

Cualquiera puede hacer una cosa, el mérito está en hacer creer al mundo que uno lo ha hecho.

En asuntos de vital importancia, el estilo, y no la sinceridad, es lo verdaderamente vital.

La belleza es muy superior al genio. No necesita explicación.

La belleza, como la sabiduría, ama al adorador solitario.

Ser natural es la más difícil de las poses.

La desobediencia es la virtud original del hombre. Mediante la desobediencia y la rebelión se ha realizado el progreso.

Nada se parece tanto a la ingenuidad como el atrevimiento.

Un sentimental es un hombre que ve un absurdo valor en todo, y no conoce el precio fijo de nada.

Las pequeñas acciones de cada día hacen o deshacen el carácter.

Parecer discreto vale tanto como entender una cosa, y es mucho más fácil.

Los hombre jóvenes quieren ser fieles y no lo consiguen; los hombres viejos quieren ser infieles y no lo logran.

El hombre puede creer en lo imposible, pero no creerá nunca en lo improbable.

La experiencia no tiene valor ético alguno, es simplemente el nombre que damos a nuestros errores.

La razón de que todos seamos tan amigos de pensar bien de los demás, es que todos tememos por nosotros mismos. La base del optimismo es simplemente el miedo.

En el arte como en el amor la ternura es lo que da la fuerza.

No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo.

Detesto la vulgaridad del realismo en la literatura. Al que es capaz de llamarle pala a una pala, deberían obligarle a usar una. Es lo único para lo que sirve.

El arte no es algo que se pueda tomar y dejar. Es necessario para vivir.

El arte de la música es el que más cercano se halla de las lágrimas y los recuerdos.

El mundo llama inmorales a los libros que le explican su propia vergüenza.

Resulta de todo punto monstruosa la forma en que la gente va por ahí hoy en día criticándote a tus espaldas por cosas que son absolutamente y completamente ciertas.

En los mejores días del arte no existían los críticos del arte.

Los músicos son terriblemente irrazonables. Siempre quieren que uno sea totalmente mudo en el preciso momento que uno desea ser completamente sordo.