Frases de Miguel de Unamuno

La verdadera ciencia enseña, por encima de todo, a dudar y a ser ignorante.

El escritor sólo puede interesar a la humanidad cuando en sus obras se interesa por la humanidad.

La visión de su vecino es cierto tanto para él como su propia visión es verdad para ti.

La vida es una película mal montada.

Besos que vienen riendo, luego llorando se van, y en ellos se va la vida, que nunca más volverá.

Nosotros necesitamos a Dios, no con el fin de entender el por qué, sino para sentir y sustentar el porqué último, para dar un sentido al universo.

Hombre muere de frío, no de oscuridad.

Un hombre no muere de amor o el hígado, o incluso de la vejez, se muere de ser un hombre.

Lo que los fascistas odian por encima de todo, es la inteligencia.

No hay verdadero amor sino en el sufrimiento y en este mundo tenemos que elegir entre el amor, que es el sufrimiento, o la felicidad. El hombre es el hombre más - es decir, el más divino - el mayor es su capacidad de sufrimiento, o más bien, por la angustia.

La fe que no duda es fe muerta.

La vida es la duda y la fe, y sin duda no es más que la muerte.

Es más correcto decir que los mártires crear la fe más que la fe crea mártires.

Si se trata de la nada que nos espera, hagamos una injusticia de la misma, vamos a luchar contra el destino, aunque sin esperanza de victoria.

Curarse de la aflicción de cuidar cómo te ven los demás. Preocúpate sólo con la forma en que usted aparece ante Dios, preocuparse sólo con la idea de que Dios puede tener de ti.

La ciencia es un cementerio de ideas muertas.

Es triste no amar, pero es mucho más triste no poder amar.

Arte destila sensaciones y encarna con mayor significado.

Porque es la carne que sufre, se sufre, es la muerte, que los amantes perpetúan en la tierra. El amor es a la vez el hermano, el hijo, y el padre de la muerte, que es su hermana, la madre y la hija. Y por lo tanto, es que en la profundidad del amor hay una profundidad.

De razones vive el hombre, de sueños sobrevive.

Se viaja no para buscar el destino sino para huir de donde se parte.

El amor compadece, y compadece más cuanto más ama.

Todo amor de mujer es, si verdadero y entrañable, amor de madre.

El pobre Adán cayó porque no tuvo madre; no fue niño.

La verdadera ciencia enseña, sobre todo, a dudar y a ser ignorante.