Frases de Albert Camus

Seguimos dando forma a nuestra personalidad toda nuestra vida. Si nos conociéramos a nosotros mismos perfectamente, deberíamos morir.

Los hombres deben vivir y crear. Vivir al borde de las lágrimas.

Cada acto de rebelión expresa una nostalgia por la inocencia y un llamamiento a la esencia del ser.

No se puede crear la experiencia. Tienes que someterte a ella.

Tus éxitos y felicidad te son perdonados sólo si generosamente das tu consentimiento para compartirlos.

Por desgracia, después de cierta edad todo hombre es responsable de su cara.

Es una especie de esnobismo espiritual que hace que la gente piense que puede ser feliz sin dinero.

El gusto por la verdad a toda costa es una pasión que no perdona nada.

El mal que hay en el mundo casi siempre viene de la ignorancia, y las buenas intenciones pueden hacer tanto daño como la malicia si carecen de entendimiento.

Por definición, un gobierno no tiene conciencia. A veces tiene una política, pero nada más.

El absurdo es un concepto esencial y la primera verdad.

Después de todo el trabajo que los profesores han hecho para nosotros, el lugar al que van a obtener el conocimiento está en los libros. La verdadera universidad de hoy en día es una colección de libros.

Sabes lo que es el encanto: una manera de conseguir como respuesta un "sí" sin haber hecho una pregunta clara.

La lucha en sí misma hacia las alturas es suficiente para llenar el corazón del hombre. Hay que imaginarse a Sísifo feliz.

No esperes al juicio final -éste se lleva a cabo todos los días.

Nada es más despreciable que el respeto basado en el miedo.

La prensa libre puede, por supuesto, ser buena o mala; pero, con toda seguridad, sin libertad la prensa nunca será otra cosa que mala.

Todos los grandes hechos y todos los grandes pensamientos tienen un comienzo ridículo. Las grandes obras nacen a menudo en una esquina o en la puerta giratoria de un restaurante.

Los dioses habían condenado a Sísifo a transportar sin cesar una roca hasta la cima de una montaña, desde donde la piedra volvía a caer por su propio peso. Pensaron, con algún fundamento, que no hay castigo más terrible que el trabajo inútil y sin esperanza.

Pero, ¿qué es la felicidad, salvo la simple armonía entre el hombre y la vida que lleva?

Un hombre sin ética es una bestia salvaje suelta sobre este mundo.

No te creas a tus amigos cuando te piden que seas honesto con ellos. Todo lo que realmente quieren es mantener la buena opinión que tienen de ellos mismos.

La única manera de hacer frente a un mundo sin libertad es llegar a ser tan absolutamente libre que tu mera existencia sea un acto de rebelión.

Bienaventurados los corazones que se pueden doblar; ellos nunca se romperán.

A los 30 un hombre debe conocerse a sí mismo como la palma de su mano, conocer el número exacto de sus defectos y cualidades, saber hasta dónde puede ir, predecir sus fracasos -saber quién es. Y, sobre todo, aceptar estas cosas.