No experimentamos las ventajas de un estado hasta que probamos los sinsabores de otros. No conocemos el valor de las cosas hasta que nos vemos privados de ellas.
Una de las ventajas de ser desordenado es que uno está continuamente haciendo nuevos y excitantes descubrimientos.
Una de las ventajas de las buenas acciones es la de elevar el alma y disponerla a hacer otras mejores.