Cuando la ciencia se trata de resolver sus conflictos por la suma y resta de dimensiones al universo como las casas en un tablero de Monopoly, tenemos que examinar nuestros dogmas.
La principal virtud que el lenguaje puede tener es claridad, y nada resta valor a tanto como el uso de palabras desconocidas.
Para el matrimonio hay que saber matemáticas: suma cansancio, resta alegría, multiplica gastos y divide opiniones.