Ahora me siento y digo todo el tiempo que la vanidad es, como, cosa del pasado. Estoy realmente libre de preocuparse por cómo me veo, porque está fuera de mis manos temblorosas. Yo no controlo. ¿Por qué iba yo a perder un segundo de mi vida tener que preocuparse por ello?
Lo que no se puede dejar de lado es la gravedad. La realidad de la gravedad por escrito. Si alguien dice algo realmente significa en una comedia de situación, y la próxima ola no es una reacción a la realidad de que usted comienza a perder relatability. En muchas de las comedias románticas, echan por tierra las reglas de la vida.
Me despierto algunas mañanas y sentarse a tomar mi café y mirar en mi jardín, y yo digo, '¿Recuerdas lo bueno que es. Porque se puede perder. '
La vida es demasiado corta para perder la oportunidad de las cosas bellas, como una hamburguesa doble con queso.
Creo que las mujeres hispanas son preciosas, con sus curvas. No estoy seguro de que se siente así en Hollywood. Nunca me dijeron que perder 50 libras. Si piensan que simplemente no se molestan con usted. Usted simplemente no encuentras el papel y nunca se sabe por qué. Eso es aún mejor que físicamente hacerse daño y tener problemas de salud sólo para protagonizar una película.
Recordar que uno va a morir es la mejor manera que conozco para evitar la trampa de pensar que hay algo que perder. Ya se está indefenso. No hay razón alguna para no seguir los consejos del corazón.
El secreto de la genialidad es el de conservar el espíritu del niño hasta la vejez, lo cual quiere decir nunca perder el entusiasmo.
No debemos perder la fe en la humanidad que es como el océano: no se ensucia porque algunas de sus gotas estén sucias.
Perder el dinero es a menudo un delito; adquirirlo por malas artes es aún peor, y malgastarlo es lo peor de todo.
Hay personas que no saben perder su tiempo completamente solas. Son el azote de las personas ocupadas.
Hay personas que no saben perder su tiempo solas y se convierten en el flagelo de las personas que trabajan.
El hombre es un auriga que conduce un carro tirado por dos briosos caballos: el placer y el deber. El arte del auriga consiste en templar la fogosidad del corcel negro (placer) y acompasarlo con el blanco (deber) para correr sin perder el equilibrio.