Nos damos bien a la pena y nos imponemos privaciones para curar el cuerpo; se puede, pienso, hacer lo mismo para curar el alma.
En todo aquello que vale la pena de tener, incluso en el placer, hay un punto de dolor o de tedio que ha de ser sobrevivido para que el placer pueda revivir y resistir.
Si ganamos aquí ganaremos en todas partes. El mundo es un hermoso lugar, vale la pena defenderlo y detesto dejarlo.
La única simplicidad que vale la pena de conservar es la del corazón, la simplicidad que acepta y goza.