Siempre he pensado que no te gusta un país por hacer la vista gorda ante sus crímenes y para un problema. La forma en que te gusta un país está viendo todo lo que ha hecho mal, todos sus errores, y sigue pensando que es hermosa y que es digno.
La falsedad no puede mantener una idea de ser hermosa, hay ciertos errores de tal ingenio que se podría lamentar su no clasificación entre los logros de la mente humana.
Son vanas y están plagadas de errores las ciencias que no han nacido del experimento, madre de toda certidumbre.
Un científico debe tomarse la libertad de plantear cualquier cuestión, de dudar de cualquier afirmación, de corregir errores.
Hay algunos obsesos de prudencia, que a fuerza de querer evitar todos los pequeños errores, hacen de su vida entera un solo error.
Todos estamos llenos de debilidades y errores; perdonémonos recíprocamente nuestras tonterías: es ésta la primera ley de la Naturaleza.
Hasta los sentimientos buenos, si se exaltan en demasía, son capaces de conducirnos a errores deplorables.
Los errores poseen su valor, aunque sólo en alguna ocasión. No todo el mundo que viaja a la India descubre América.
No se debe ser demasiado severos con los errores del pueblo, sino tratar de eliminarlos por la educación.
Me gustaría vivir eternamente, por lo menos para ver cómo en cien años las personas cometen los mismos errores que yo.
Más instructivos son los errores de las grandes inteligencias que las verdades de los ingenios mediocres.