Frases de Noel Clarasó

Todo el mundo cuenta como ganó sus primeras cien pesetas; nadie cuenta como ganó su último millón.

Morir por la patria es una gloria; pero son más útiles los que saben hacer morir por la patria a los soldados enemigos.

El cuerpo, si se le trata bien, puede durar toda la vida.

Cita siempre los errores propios antes de referirte a los ajenos. Así nunca parecerá que presumes.

El sol, el agua y el ejercicio conservan perfectamente la salud a las personas que gozan de una salud perfecta.

El mejor modo de resolver una dificultad es no tratar de soslayarla.

Ningún tonto se queja de serlo; no les debe ir tan mal.

Es un error creer que uno está rodeado de tontos, aunque sea verdad.

Muchos gritan y discuten hasta que el otro calla. Creen que le han convencido. Y se equivocan siempre.

No importa que las mujeres nos fastidien; lo que no soportamos es que nos fastidie siempre la misma.

Todos los hombres tienen una mujer en el pensamiento; los casados, además, tienen otra en casa.

En cada amanecer hay un vivo poema de esperanza, y, al acostarnos, pensemos que amanecerá.

Odiar es un despilfarro del corazón, y el corazón es nuestro mayor tesoro.

Hemos de saber anticiparnos a encontrar lo cómico que haya en nosotros. Así podremos evitar que otros se burlen de nuestra escasa perfección.

El reparto más equitativo que existe es el de la inteligencia: todo el mundo cree tener suficiente.

La cortesía es, ante todo, un buen negocio. Y que se ha de tener, sino en atención a los demás, por puro egoísmo.

La vida no es más que un tejido de hábitos.

El amor es el único deporte que no se interrumpe por falta de luz.

El hombre y la mujer han nacido para amarse, pero no para vivir juntos. Los amantes célebres de la historia vivieron siempre separados.

El amor tiene dos momentos deliciosos: el primero y el último; lo malo es el tiempo que transcurre entre ellos.

El amor es ciego, pero los vecinos no.

Lanza primero tu corazón y tu caballo saltará el obstáculo. Muchos desfallecen ante el obstáculo. Son los que no han lanzado primero el corazón.

Cuando se habla de estar enamorado como un loco se exagera; en general, se está enamorado como un tonto.

El único matrimonio que hace feliz al hombre es el de sus hijos.

Indudablemente la época más feliz del matrimonio es la luna de miel; lo malo es que para repetirla, han de suceder cosas muy desagradables.