Mis padres se amaban. Me crié en una casa del amor total y respeto. Mi papá trabajaba muy duro y mi madre estaba muy dedicado a él. Puedo inequívoca, sin ventura de duda, decir que me crié con la clase de amor que sólo soñamos.
No hay ventura ni desgracia en el mundo, sino la comparación de un estado con otro, he ahí todo. Sólo el que ha experimentado el colmo del infortunio puede sentir la felicidad suprema. Es preciso haber querido morir, amigo mío, para saber cuán buena y hermosa es la vida.
Es absurdo que un pueblo cifre sus esperanzas de redención y ventura en formas de gobierno que desconoce.