El sufrimiento se vuelve hermosa cuando alguien tiene grandes calamidades con alegría, no a través de la insensibilidad, sino por la grandeza de la mente.
Las personas más bellas que hemos conocido son aquellos que han conocido la derrota, el sufrimiento conocido, lucha conocida, pérdida conocida, y han encontrado su manera de salir de las profundidades.
El pesimismo no consiste en estar cansado del mal, sino en estar cansado del bien. La desesperación no consiste en estar cansado del sufrimiento, sino en estar cansado de la alegría.
El sufrimiento depende no tanto de lo que se padece cuanto de nuestra imaginación, que aumenta nuestros males.
Si no está en tus manos cambiar una situación que te produce dolor, siempre podrás escoger la actitud con la que afrontes ese sufrimiento.
No hay razón para buscar el sufrimiento, pero si éste llega y trata de meterse en tu vida, no temas; míralo a la cara y con la frente bien levantada.
Llegó el momento en que el sufrimiento de los demás ya no les bastó: tuvieron que convertirlo en espectáculo.
El sufrimiento es el medio por el cual existimos, porque es el único gracias al cual tenemos conciencia de existir.
Nos escondemos en la fría indiferencia al sufrimiento innecesario de otros, incluso cuando lo causamos.
Quizás el sufrimiento y el amor tienen una capacidad de redención que los hombres han olvidado o, al menos, descuidado.
En la medida en que el sufrimiento de los niños está permitido, no existe amor verdadero en este mundo.