Me avergüenzo de esos filósofos que no quieren desterrar ningún vicio si no está castigado por el juez.
El vicio inherente al capitalismo es el desigual reparto de bienes. La virtud inherente al socialismo es el equitativo reparto de miseria.
Un joven puede guardarse del vicio pensando continuamente en la enfermedad. Puede guardarse de él pensando continuamente en la Virgen María. Podréis discutirme cuál de los dos métodos es más razonable, o hasta cuál es el más eficaz. Pero no puede haber discusión ninguna sobre cual es el más sano.
El que sólo practica la virtud para conquistar una gran reputación está muy cerca de caer en el vicio.