Frases de Muhammad Alí

Tenemos una sola vida, pero se acaba; lo que hacemos para Dios es todo lo que va a perdurar.

Para ser capaz de regalar riquezas es obligatorio desear tenerlas. Esta es la única manera en que serás verdaderamente rico.

No hay placeres en una pelea, pero algunas de mis peleas han sido un verdadero placer ganarlas.

Hay cosas más agradables para hacer que golpear a la gente.

El hombre que no tiene imaginación no tiene alas.

La lucha se gana o se pierde muy lejos del público -detrás de las cuerdas, en el gimnasio, y durante el entrenamiento, mucho antes de bailar debajo de las luces.

Superman no necesita ningún cinturón de seguridad.

El silencio es oro cuando no se puede pensar en una buena respuesta.

Servir a los demás es el alquiler que pagas por tu habitación aquí en la tierra.

Ríos, lagunas, lagos y arroyos -todos ellos tienen nombres diferentes, pero todos contienen agua. Al igual que las religiones -todas ellas contienen verdades.

Sólo un hombre que sabe lo que es ser derrotado puede llegar hasta el fondo de su alma y llegar al último gramo de potencia que se necesita para ganar cuando la pelea aún no ha acabado.

La vejez es sólo una memoria de toda la vida.

Nadie sabe qué decir en el vestuario de los perdedores.

Mi forma de bromear es decir la verdad. Esa es la broma más divertida del mundo.

Mi pelea más dura fue con mi primera esposa.

La vida es un juego. Puedes hacerte daño, pero la gente muere en accidentes de avión, pierden sus brazos y piernas en accidentes de tráfico; la gente muere todos los días. Lo mismo pasa con los luchadores: unos mueren, otros se lastiman, algunos se van. Simplemente no te dejes creer que te va a pasar a ti.

Es la repetición de afirmaciones lo que conduce a la creencia. Y una vez que la creencia se convierte en una convicción profunda, las cosas comienzan a suceder.

Es la falta de fe que hace que las personas tengan miedo de enfrentar los desafíos. Yo creía en mí mismo.

Es sólo un trabajo. La hierba crece, los pájaros vuelan, las olas golpean la arena. Yo golpeo a la gente.

Es difícil ser humilde, cuando uno es tan grande como yo.

No es la montaña a escalar que tienes delante lo que te desgasta, es la piedra en tu zapato.

Si aún sueñas con golpearme más te vale despertar y pedir disculpas.

Estoy tan rápido que anoche apagué el interruptor de la luz en mi habitación del hotel y ya estaba en la cama antes de que la habitación estuviese a oscuras.

Yo no soy el mejor, soy el doble mejor. No solo los noqueo, también gano la ronda.

Lo golpearé tan fuerte que va a necesitar un calzador para ponerse el sombrero.