La meditación no es la construcción de algo extraño, no es un esfuerzo para alcanzar y aferrarse a una experiencia particular. Es posible que tengamos un deseo secreto que a través de la meditación vamos a acumular una reserva de experiencias mágicas, o al menos un trofeo mística o dos, y luego vamos a ser capaces de mostrar con orgullo a los demás para ver.
En Estados, todos habíamos crecido juntos, todos queríamos ganar el trofeo más grande en el fútbol. Lo hicimos togther.
Cuando gané en 2003, ni en mis sueños más salvajes se me ocurrió pensar que iba a ganar Wimbledon y tener a mis hijos a ver a levantar el trofeo, así que esto es bastante surrealista. Y sí, yo estaba casi sorprendido en el momento en que todo salió tan bien.
Al crecer, viendo la Premier League como desde que tengo uso de razón, sintiendo el trofeo y con la medalla al cuello era una sensación increíble.