Ser el hombre más rico en el cementerio no me importa. Irse a la cama por la noche diciendo que hemos hecho algo maravilloso, eso es lo que me importa.
Empecé a sentir que el drama de la verdad que está en el momento y en el pasado es más rico y más interesante que el drama de las películas de Hollywood. Así que empecé a mirar documentales.
Podemos ser pobres de espíritu, y yo ni siquiera me considero rico, que es una cosa interesante, que puede estar hoy aquí y mañana no.
Al igual que casi todos los que usan el correo electrónico, recibo un montón de correo basura todos los días. Gran parte de ella se ofrece a ayudar a salir de la deuda o de hacerse rico rápidamente. Sería gracioso si no fuera tan emocionante.
No se deje engañar en la creencia de que porque un hombre es rico es necesariamente inteligente. Hay amplias pruebas de lo contrario.
Me tumbo en la cama, y yo tenía nueve años, y me digo: '. Quiero ser el hombre más rico del mundo He recorrido un largo camino desde allí.
Estadounidenses hasta ahora han puesto al día con la desigualdad, ya que sentían que podían cambiar su situación. No les importaba que otros de ser rico, siempre y cuando tuvieran un camino para subir también. El sueño americano es todo acerca de la movilidad social en un sentido - la idea de que cualquiera puede hacerlo.
En el momento de empezar a estar enamorado de lo que estás haciendo y pensando que es bello o rico, entonces usted está en peligro.
El mundo nos dice de mil maneras diferentes que cuanto más grande nos volvemos, más libres seremos. El más rico, el más hermoso y el más poderoso que crecemos, más seguridad, la libertad y la felicidad que experimentaremos. Y, sin embargo, el evangelio nos dice todo lo contrario, que cuanto más pequeño nos volvemos, más libres seremos.
Un día cogí cuatro delfines, lo mucho que he mirado estas hermosas criaturas... ya que cambiaron de tono en veinte variedades de rico arreglo de tintes.
Ser el más rico del cementerio no es lo que más me importa... Acostarme por la noche y pensar que he hecho algo genial. Eso es lo que más me importa.
La felicidad está más con el pobre que considera que tiene bastante que con el rico, que nunca cree que tiene bastante.
La Ley, en su magnífica ecuanimidad, prohibe, tanto al rico como al pobre, dormir bajo los puentes, mendigar por las calles y robar pan.
Si dais la impresión de necesitar cualquier cosa no os darán nada; para hacer fortuna es preciso aparentar ser rico.