No estaba hecho para ser un cantante de ópera, pero fue una bonita fantasía de un adolescente que crece en Hungría durante la era estalinista.
Quiero llegar al mayor número posible de personas con el mensaje de la música, de la maravillosa ópera.
Llevé a cabo en Sydney hace unos años para el Festival de Sydney y estoy tan contento de volver a la maravillosa Sydney Opera House y también llevar a cabo en Melbourne por primera vez.
Me fui de la escuela primaria a la formación, la capacitación de ópera, y me fui a la Universidad Motown y aprendí un montón de cosas de algunas personas maravillosas.
Mirando a la gente sólo mira por sí mismos, me parece, es muy interesante. Esto se remonta a algo así como 'La ópera del mendigo' - la parte más vulnerable de la sociedad, cómo funciona, y cómo refleja sus supuestos superiores.
Para bien o para mal, siempre he tenido curiosidad musical. Si se trata de la ópera o Judy Garland o pop, he buscado deliberadamente esas cosas. Yo nunca he querido hacer las mismas cosas una y otra vez. Algunos piensan que he logrado lo que me propuse hacer, y otros me consideran un diletante.
Cuando era niño, siempre estaba haciendo ruido, era una obligación. Me encantó que gritar y gritar y cantar, sino que me liberó de todos los pensamientos en mi cabeza. Rogué para las clases de ópera, porque el canto lírico es la forma más formidable, más emotivo de utilizar su voz.
Creo que la ópera se ha ganado una especie de apelación glamoroso. Se trata de una actuación en directo que alinea todas las artes, y cuando está presente en los medios de comunicación, en el cine, en particular, se presenta como algo que es realmente un caso especial, ya que es una gran fecha o algo que es sumamente romántico.
Me pregunto a nadie hace nada en Oxford, pero el sueño y recuerda, el lugar es tan hermoso. Uno casi espera que la gente a cantar en vez de hablar. Todo es como una ópera.
No me importaría que la opera desapareciera. Desde que era un niño, me pareció un pesado anacronismo, casi el equivalente de fumar.