Al que no le gusta la política corre el riesgo de pasar toda su vida entera siendo mandado por aquel al que le gusta la política.
El mandamiento es que amarás, pero cuando comprendes la vida y a ti mismo, entonces es como si no tuvieras que ser mandado, porque amar a los seres humanos sigue siendo lo único por lo que vale la pena vivir; sin esta vida realmente no vives.
He adquirido este de la filosofía: que hago sin ser mandado lo que otros hacen sólo por temor a la ley.
Un ejército de ciervos dirigido por un león es mucho más temible que un ejército de leones mandado por un ciervo.