No tengo ni idea de lo que mi generación lo hizo para enriquecer nuestra democracia. Dejamos caer la pelota. Entramos en un periodo de complacencia y cerramos los ojos a la corrupción pública de nuestra democracia.
Hay algo único acerca de los Estados Unidos, el sentido de los derechos y libertades individuales, y un sentido de responsabilidad social y cívica que hemos contribuido a que gran parte del mundo. Perdimos esa misión en los años 1980 y 1990, cuando entramos en una era dorada, y la cultura del individualismo convertimos en una cultura de avaricia.
A medida que entramos en el 110 º Congreso, es imperativo que abordemos reformas éticas necesarias para que esta institución funcione correctamente.
Entramos en el siglo 20 tratando de lidiar con tres ideas que pretenden definir o describir o explicar tres ámbitos de actuación, el desarrollo y el conflicto: Darwin sobre el mundo natural, Freud sobre el mundo interno, Marx en el mundo económico.
Si entramos en la clase de mundo que Google le gusta el mundo que Google quiere, es un mundo donde la información se copia tanto en Internet que nadie sabe de dónde viene ya, así que no puede haber ningún derecho de autor.
Parece que lo que ocurre cuando jugamos juegos es que entramos en un estado psicológico llamado eustrés o estrés positivo. Es básicamente el mismo que el estrés negativo en el sentido de que tengamos nuestra adrenalina, ya sabes, nuestra tasa de respiración se acelera, nuestro pulso se acelera.
Nosotros no creamos el matrimonio desde el principio. En cambio, en el lenguaje elegante de la ceremonia de matrimonio, estamos entramos en el santo estado del matrimonio. '
Al tener una reverencia por la vida, entramos en una relación espiritual con el mundo Al practicar la reverencia por la vida nos convertimos en buena, profunda y viva.
Hay una sensación de vitalidad que viene de la conexión, la experiencia compartida. Y usted lo ve en todas partes. Usted ve, cuando los jugadores de pelota saltar arriba y abajo, se reúnen en el plato, abrazos, y no es sólo porque están ganando, es ese momento compartido, esa sensación de - entramos en el mundo solos, dejamos solo.
En nuestros días hemos pasado de - entramos en salones. No podíamos cruzar como hoy se puede, obtener una serie de televisión y de repente eres una estrella de cine, ya sabes.
No tenía ni idea del personaje. Pero el momento en que iba vestida, la ropa y el maquillaje me hizo sentir la persona que era. Empecé a conocerlo, y por el momento que entramos en el escenario que estaba totalmente nació.
Cuando entramos en una relación personal con Jesucristo, algo maravilloso sucede: Dios comienza a cambiar nuestros deseos, y nosotros queremos ser más como él.