A veces tengo la maravillosa simpatía entre mí y el público, que me dice que he llegado a sus corazones. Y cuando lo haga, la emoción es la mía.
La gente piensa que porque somos jóvenes, no tenemos complejos, pero eso no es cierto. Nos ocupamos de la vida, el amor y los corazones rotos de la misma manera que una mujer unos años mayor fuerza.
Comencé a trabajar muy joven, escribir, crecimiento, maduración, siempre con el objetivo de superar a mí mismo - para que la gente se ríe con fuerza en las cosas que conocen y creen profundamente en sus corazones para ser verdad.
Es un fenómeno curioso que Dios ha hecho a los corazones de los pobres, y los ricos de los ricos, los pobres.
Desde el punto de vista de un escritor, cada personaje y la historia presenta sus propios desafíos y placeres. Yo soy profundamente curioso de todo de mis personajes, y me encanta pelar sus capas para ver lo que hay debajo de la piel, o secretada en lo profundo de sus corazones.
Dios nuestro Señor quiere que miremos al Dador y lo amamos más de su don, manteniéndolo siempre ante nuestros ojos, en nuestros corazones y en nuestros pensamientos.
Dios que nos creó nos ha concedido el don de la palabra para que podamos revelar las intenciones de nuestros corazones el uno al otro y que, dado que contamos con nuestra naturaleza humana en común, cada uno de nosotros podría compartir sus pensamientos con su vecino, sacarlas de lo más recóndito del corazón como de un tesoro.
Las cosas que realmente amas a permanecer con nosotros para siempre, encerrados en nuestros corazones mientras restos de vida.
Los celos son una ceguera que arruina los corazones; quejarse y querellarse no representa signos de afecto sino de locura y malestar.
Si hay violencia en nuestros corazones, es mejor ser violentos que ponernos el manto de la no violencia para encubrir la impotencia.
La globalización está provocando un obsesivo afán de identidad, que va a provocar muchos enfrentamientos. Nuestras cabezas se mundializan, pero nuestros corazones se localizan.
Nuestro amor es el hogar, y el hogar pueden abandonarlo nuestros pies pero nunca nuestros corazones.