Un hombre estaba sentado tranquilo, leyendo el periódico, cuando su mujer, furiosa, llega de la cocina y le endiña con una sartén que casi le abre la cabeza. - ¡Por Dios! ¿Pero, qué coño te pasa? - ¡¡¡Es por el papelito que encontré en el bolsillo de tu pantalón!, ¡cabrón!, ¡con el nombre de "Marylou" y un número!!! - Joder, cariño... ¿te acuerdas del día que fui a los caballos? Pues Marylou era el caballo al que aposté, y el número es cuánto estaban pagando por la apuesta.. Satisfecha, la mujer se retiró pidiéndole disculpas. Días después, estaba él nuevamente sentado tranquilo, cuando recibe otra soberana hostia, pero esta vez con la olla a presión. Aturdido y cabreado le dice:¡¡¡¡¡¡COJONES, pero se puede saber qué coño te pasa¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ NADA, cariño...........!!!!!TU CABALLO AL TELEFONO!!!!!
¿Estás hablando conmigo? ¿Estás hablando conmigo? ¿Estás hablando conmigo? Pues ¿con quién en demonio estás hablando entonces? ¿Me estás hablando a mí? Pues soy el único aquí. ¿Con quién coño te crees que estás hablando?
-¿Por qué vas dando palmas por la calle? +Para espantar a los elefantes. -Pero si no hay. +Coño, porque funciona.
-¿Truco o trato? +Pero eso que lleva en la mano es una navaja. -Ya. Y esto es un atraco, pero... Es Halloween! Un poquito de ilusión, coño.
-San Pedro, están llamando a la puerta. +¡Calla! No hagas ruido coño.. -¿Testigos de Jehová? +Si hijo, si...
Me despertó un representante de la ONU. Me cago en sus muertos y en los de Corea. El coño como una fuente me chorrea.
La única cosa que importa en última instancia es comer un cono de helado, juegan un trombón, plantar un árbol pequeño, buen Dios, ahora eres libre.