Frases de Fénelon

Sólo el infortunio puede convertir un corazón de roca en un corazón humano.

Así como la demasiada autoridad corrompe a los reyes, así el lujo emponzoña toda una nación.

Los más insolentes en la prosperidad son en la adversidad los más temerosos.

El que no ha sufrido no sabe nada; no conoce ni el bien ni el mal; ni conoce a los hombres ni se conoce a sí mismo.

El verdadero medio de ganar mucho consiste en no querer nunca ganar demasiado.

La fuerza no puede jamás persuadir a los hombres; sólo logra hacerlos hipócritas.

El más desgraciado de todos los hombres es el que cree serlo.

Huye de los elogios pero trata de merecerlos.

El sufrimiento depende no tanto de lo que se padece cuanto de nuestra imaginación, que aumenta nuestros males.

Ordinariamente, aquéllos que educan a los niños y no les perdonan nada se perdonan todo a sí mismos.

La guerra es un mal que deshonra al género humano.

El poder sin límites, es un frenesí que arruina su propia autoridad.

El más libre de todos los hombres es aquel que puede ser libre dentro de la esclavitud.

La altivez es útil, todo hombre debe ser altivo.

El verdadero valor consiste en prever todos los peligros y despreciarlos cuando llegan a hacerse inevitables.

Jamás es perdido el bien que se hace.

La ambición está más descontenta de lo que no tiene que satisfecha de lo que tiene.

No podemos ver a la virtud sin amarla, ni amarla sin ser felices.

La franqueza en las mujeres, es casi siempre una inconsecuencia.

Las almas bellas son las únicas que saben todo lo que hay de grande en la bondad.

La muerte sólo será triste para los que no han pensado en ella.

El amor lo toma todo, y todo lo da.

Ningún poder humano puede jamás violentar el sagrario impenetrable de la libertad del corazón.

El hombre se mueve. Dios le guía.

Si queréis formar juicio acerca de un hombre, observad quienes son sus amigos.